domingo, 20 de noviembre de 2022

"Sacrificios" y "Accidentes"


 

Colores desaturados para enfatizar lo trágico de ambas situaciones. Una vez se pensaba (o fuimos engañados para pensar) que sacrificar a personas con cierta frecuencia mantendría a los dioses contentos para que ellos siguieran creando condiciones favorables para nosotros. Afortunadamente con el tiempo hemos comprendido que no era necesario degollar a nadie para tener buen clima y abundancia.

Hoy día, autoridades inútiles e intereses privados nos mantienen convencidos de que las muertes en las calles son inevitables, que son causadas por la mala educación vial de víctimas o usuarios de las vías. Aquellos que han tenido la oportunidad de experimentar entornos a escala humana y que priorizan a usuarios vulnerables de las vías, ya sabemos que los culpables son los municipios, ingenieros de tráfico, autoridades locales (la autoridad de tránsito y transporte terrestre, ministerio de obras públicas) y todos los que han olvidado que los protagonistas originales de la vida en el espacio público son las personas (y no las máquinas, aunque sean personas quienes las "controlen"). Por obra u omisión han permitido que el automóvil se adueñe de espacios que originalmente fueron para vida y esparcimiento de seres humanos. 

La Educación Vial por sí sola NO ES SUFICIENTE. En Panamá, Educación Vial es lo que debe buscar la ATTT, el MOP y los municipios, no las víctimas, o potenciales víctimas. La infraestructura y el entorno humano en ciudades y poblados deben proteger a las personas PRIMERO porque los seres humanos cometemos errores. Debemos exigir infraestructura que nos cuide de nuestros errores, y limitar el efecto y el alcance de máquinas pesadas que nos pueden traer peligro. 

La protección a seres humanos comienza desde los planos. Si ya todo está construido y ocupado, toca adecuar para que todo sea seguro para humanos desde el momento que se puedan desplazar por sí mismos, a todos los niveles de capacidad, sin excepciones.

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